¿Quién diablos es T. Harv Eker y por qué
tendrÃa yo que leer este libro?
Al comienzo de mis seminarios la gente se queda impactada cuando una de mis
primeras cosas que les digo es: “No crean una palabra de lo que les voy a decir”. ¿Por
qué sugerirÃa tal cosa? Pues porque yo sólo puedo hablar de mi propia experiencia.
Ninguno de los conceptos y percepciones internas que comparto son inherentemente
ciertos o falsos, correctos o incorrectos. Simplemente, reflejan mis propios
resultados, asà como los resultados asombrosos que he visto en la vida de miles y
miles de mis alumnos y alumnas. Dicho eso, sin embargo, tengo la creencia de que si
usas los principios expuesto en este libro transformarás totalmente tu vida. Y no te
limites a leerlo. Estúdialo como si tu vida dependiese de él. Después, prueba sus
principios tú mismo. Si algo te funciona sigue haciéndolo. Lo que no te sirva, sea lo
que sea, tienes todo el permiso para tirarlo a la basura.
Sé que puedo parecer pretencioso, pero en lo referente al dinero, puede que éste
sea el libro más importante que jamás hayas leÃdo. Comprendo que es una afirmación
atrevida, pero el hecho es que este libro te proporcionará el eslabón que falta entre tu
deseo de lograr éxito. Como a estas alturas ya habrás descubierto, se trata de dos
mundos distintos.
Seguramente has leÃdo otros libros, has escuchado cintas o CDs, has participado
en cursos y te has interesado por numerosos sistemas para hacerte rico, ya sea con
propiedades inmobiliarias, acciones o negocios. Pero ¿qué ocurrió? En el caso de la
mayorÃa de la gente, ¡no mucho! Obtienen una breve carga de energÃa y, después
vuelven a la situación anterior.
Por fin, tenemos una respuesta. Se trata de una respuesta sencilla que además es
una ley que no hay manera de burlar. Todo se reduce a esto: si tu “patrón financiero”
subconsciente no esta “programado” para el éxito, nada de lo que aprendas, nada de
lo que sepas y nada de lo que hagas hará cambiar mucho las cosas.
En las páginas de este libro te desvelaré el misterio de por qué hay gente que está
destinada a ser rica mientras otros parecen condenados a vivir una vida de apuros.
Comprenderás las causas fundamentales del éxito, la mediocridad o el fracaso
financiero y comenzarás a cambiar tu futuro económico positivamente. Entenderás
cómo las influencias de la infancia moldean nuestro patrón financiero y cómo dichas
influencias pueden conducir a pensamientos, y hábitos contraproducentes.
Experimentarás con poderosas declaraciones que te ayudarán a sustituir tus modos de
pensar improductivos por “archivos de riqueza” mentales para que pienses y triunfes
exactamente como lo hacen los ricos. Aprenderás también, paso a paso, estrategias
prácticas para incrementar tus ingresos y construir riqueza.
En la primera parte de este libro, explicaré cómo cada uno de nosotros se halla
condicionado para pensar y actuar en lo referente al dinero, y esbozaré cuatro
estrategias clave para corregir nuestro patrón mental del dinero. En la segunda parte
examino las diferencias entre cómo piensa la gente rica, la de clase media y la pobre,
y te proporciono diecisiete actitudes y acciones que has de adoptar y que te
conducirán a crear cambios permanentes en tu vida económica. A lo largo de todo el
libro compartiré también contigo unos pocos ejemplos de los miles de cartas y
correos electrónicos recibidos de alumnos y alumnas que han asistido al Seminario
Intensivo Mente Millonaria y que han logrado extraordinarios resultados en su vida.
Te preguntarás: ¿Cuál es tu experiencia? ¿De donde procedes? ¿Siempre te fueron
bien las cosas? ¡Ojala!
Al igual que muchos de vosotros, yo tenÃa supuestamente un gran “potencial”
pero la verdad s que me reportaba muy poco. Me leÃa todos los libros, escuchaba
todas las cintas e iba a todos los seminarios. QuerÃa de verdad, de verdad, de verdad
ser próspero. No se si era por el dinero, por la liberta, por la sensación de logro o
simplemente para demostrar a mis padres mi valÃa. Estaba casi obsesionado por
convertirme en un hombre de “ÉXITO”. De los veinte a los treinta años inicié varios
negocios distintos, cada uno de ellos con el sueño de hacer fortuna, pero mis
resultados iban de mal en peor.
Trabajé sin descanso, pero seguÃa corto de dinero. TenÃa la “enfermedad del
monstruo del lago Ness”: habÃa oÃdo hablar de algo llamado beneficios, pero nunca
veÃa ninguno. No dejaba de pensar: “En cuanto empiece en el negocio adecuado, en
cuanto me suba al caballo adecuado, obtendré beneficios”. Pero estaba equivocado.
Nada estaba funcionando… al menos para mÃ. Y fue la ultima parte de esa frase lo
que finalmente me hizo caer en cuenta. ¿Cómo es que otros triunfaban exactamente
en el mismo negocio en el que me encontraba y sin embargo yo seguÃa arruinado?
¿Qué le estaba pasando al “Sr. Gran Potencial”?
Asà que comencé seriamente a hacer algo de introspección. Examiné mis
auténticas creencias y vi que, aún cuando dijese que de verdad querÃa ser rico, tenÃa al
respecto algunas preocupaciones profundamente arraigadas. Más que nada, sentÃa
miedo. Miedo al fracaso o lo que es aún peor: miedo a triunfar y después, de algún
modo, perderlo todo. Entonces sà serÃa un perfecto imbécil que se habÃa cargado lo
único que tenÃa a su favor: el “gran potencial”. ¿Y si descubrÃa que no tenÃa lo que
realmente habÃa que tener y que mi destino era vivir una vida de apuros?
Quiso entonces la suerte que recibiese unos consejos de una amigo de mi padre
que era extremadamente rico. HabÃa ido a la casa de mi familia a jugar a las cartas
con mi padre y sus amigos, y al pasar yo, advirtió mi presencia. Era ya la tercera vez
que me habÃa mudado a casa de mis padres y estaba viviendo en la “suite inferior”,
también conocida como sótano. Supongo que papá se habÃa quejado de mi lamentable existencia, porque cuando me vio tenÃa en los ojos la expresión de condolencia
reservada normalmente para los afligidos en un funeral.
Me dijo: “Harv , yo empecé igual que tú, siendo un completo desastre”.
Fantástico, pensé, cÃnicamente, ya me siento mucho mejor.
El prosiguió: “pero después me dieron unos consejos que cambiaron mi vida, y
me gustarÃa pasártelos a ti”. Vaya, aquà viene otra vez el sermón de padre a hijo, ¡y él
ni siquiera era mi padre! Finalmente soltó: “Harv, si no te está yendo todo lo bien que
te gustarÃa, lo único que quiere decir es que hay algo que no sabes”. Como en aquella
época era un joven con gran desparpajo, yo pensaba que lo sabÃa prácticamente todo,
pero, ¡ay!, mi cuenta bancaria reflejaba algo muy distinto. De modo que al fin
comencé a escuchar. El continúo: “¿SabÃas que la mayorÃa de los ricos, en cierto
aspecto, piensas de forma parecida?”.
Yo respondÃ: “No, en realidad nunca me lo habÃa planteado”, El siguió: “No es
que sea una ciencia exacta, pero en general la gente rica piensa de una determinada
manera y los pobres lo hacen de forma completamente distinta Esos modos de pensar
orientan sus acciones y, por tanto, determinan sus resultados”. Luego prosiguió: “Si
pensaras como lo hacen los ricos e hicieras lo que ellos hacen, ¿crees que tú también
podrÃas hacerte rico?”.
Recuerdo que contesté con toda confianza de una patata: “Creo que sÔ. “pues —
respondió él— lo único que tienes que hacer es copiar el modo de pensar de la gente
rica”.
En aquel tiempo yo era mus escéptico, por lo que le pregunté: “Y ¿qué estas tú
estás pensando en este momento?”. A lo que él contesto: “Estoy pensando que los
ricos cumplen sus compromisos y ahora mismo mi compromiso es con los
muchachos y con tu padre, que me están esperando para jugar a las cartas. Nos
vemos”.
Y se fue, pero lo que habÃa dicho caló en mi.
En aquel momento no tenia ninguna otra cosa que hacer con mi vida, asà que me
lancé con entusiasmo a estudiar a la gente rica y cómo pensaban. Aprendà todo cuanto
pude acerca de los funcionamientos internos de la mente, pero me concentré
principalmente en la psicologÃa del dinero y del éxito, Descubrà que algo era cierto:
los ricos si piensan, realmente, de forma muy distinta a como lo hacen los pobres e
incluso de manera diferente a la gente de clase media. Al final, me di cuenta de cómo
mis propios pensamientos estaban manteniéndome apartado de la riqueza, Y lo que es
más importante, aprendà varias técnicas y estrategias eficaces para reprogramar mi
mente a fin de pensar de la misma manera en que lo hace la gente rica.
Finalmente, dije: “Ya está bien de teorÃas, pasemos a la práctica”. Y de este modo
decidà intentar un negocio más. Dado que estaba muy metido en todo lo referente a la
salud y el ejercicio fÃsico, abrà una de las primeras tiendas de fitness de Norteamérica.
No tenÃa dinero, de modo que tuve que tomar prestados 2000 dólares de mi tarjeta
visa para iniciar mi negocio. Comencé a utilizar lo que habÃa aprendido tomando
como modelo de referencia a los ricos, tanto en términos de sus estrategias
empresariales como de sus estrategias de pensamiento. Lo primero que hice fue
comprometerme a lograr mi éxito y jugar a ganar. Juré que me centrarÃa y no me
plantearÃa siquiera abandonar este negocio hasta que fuese millonario. Aquello era
algo radicalmente distinto a mis anteriores esfuerzos, en os que, por pensar siempre a
corto plazo, me desviaba constantemente, unas veces atraÃdo por lo que parecÃan
buenas oportunidades y otras, cuando las cosas se complicaban.
Comencé también a poner a prueba mi enfoque mental para evitar desvÃos hacia
actitudes económicamente negativas o contraproducentes. En el pasado, tenÃa la
creencia de que lo que me dictaba mi mente era siempre la verdad. Aprendà que, en
muchos aspectos, mi mente era mi mayor obstáculo para logras el éxito, por lo que
tomé la decisión de no alimentar pensamientos que no estimularan mi visión de la
riqueza. Empleé todos y cada uno de los principios que tú vas a aprender en este
libro. ¿Te estás preguntando si funcionó? ¡Vaya si funcionó!.
El negocio fue tan bien que abrà diez tiendas en tan solo dos años y medio,
Entonces vendà la mitad de las acciones de la empresa a una gran compañÃa, por
1600000 dólares.
Después de eso, me mudé a la soleada ciudad de San Diego. Me tomé un par de
años sabáticos para pulir mis estrategias y comencé a hacer consultorÃa empresarial
individualizada, Supongo que a la gente le resultaba bastante efectiva porque no
dejaban de traer amigos, compañeros y socios a nuestras sesiones. Pronto estuve
entrenando a diez y en ocasiones hasta veinte personas a la vez.
Uno de mis clientes sugirió, que podrÃa abrir una escuela. Pensé que era una
magnÃfica idea, asó que lo hice. Fundé la Street Smart Business School y enseñé a
miles de personas de toda Norteamérica estrategias empresariales para lograr el éxito
“con alta velocidad”.
Mientras viajaba por todo el continente ofreciendo mis seminarios, me di cuenta
de algo extraño: podÃa tener a dos personas sentadas una al lado de la otra en la
misma habitación, aprendiendo exactamente los mismos principios y estrategias; una
de ellas tomaba estas herramientas y salÃa catapultada hacia el éxito. Sin embargo,
¿sabes lo que podrÃa ocurrirle a la persona sentada justo al su lado? La respuesta es;
¡no mucho!.
Fue entonces cuando se me hizo obvio que puedes contar con las mejores
“herramientas” del mundo, pero si hay un agujero diminuto en tu “caja de
herramientas” (ahora mismo estoy señalando mi cabeza), tienes un problema. De
modo que diseñé un programa titulado “Mente Millonaria Intensiva” basándose en el
juego interior del dinero y el éxito. Cuando combiné el juego interior (la caja de herramientas) con el juego exterior (las herramientas), ¡los resultados de
prácticamente todo el mundo se disparaban! Y eso es lo que vas a aprender en este
libro: a dominar el juego interior del dinero para ganar el juego del dinero... ¡Vas a
aprender a pensar en rico para hacerte rico!.
La gente me pregunta a menudo si mi éxito fue un ¡golpe de suerte”, algo
excepcional, o si ha continuado. Déjame que lo exprese de este modo; utilizado los
principios exactos que yo enseño, he ganado millones y millones de dólares y soy
varias veces multimillonario. ¡Prácticamente todas mis inversiones y empresas
parecen despegar como cohetes! Hay gente que me dice que soy “como el rey
Midas”: que todo lo que toco se convierte en oro. Tienen razón, pero de lo que puede
que se den cuenta es de que ser como el rey Midas es, simplemente, otra forma de
decir que tiene un “patrón financiero” programado para el éxito, que es exactamente
lo que tu tendrás una vez que aprendas estos principios y hagas este trabajo.
Durante el comienzo de nuestro seminarios Intensivo Mente Millonaria,
generalmente pregunto al auditorio: “¿Cuántos de ustedes han venido aquà para
aprender?”. Se trata de una pregunta con un poco de trampa, pues, como dijo Josh
Billings: “No es lo que ignoramos lo que nos impide prosperar; lo que constituye
nuestro mayor obstáculo es lo que creemos que sabemos y luego resulta que no es
asÔ. Este libro no trata tanto de aprender ¡como de “desaprender”! Es esencial que
reconozcas de qué modo tus viejas formas de pensar y de actuar te han llevado
exactamente donde te encuentras en este momento.
Si eres rico y feliz, muy bien. Pero si no lo eres, te invito a que consideres algunas
posibilidades que puede que no cuadren con lo que actualmente piensa que está bien
o incluso con lo que crees que es adecuado para ti.
Aun cuando te sugiera que “no crea una palabra de lo te diga” y quiera que
pongas a prueba estos conceptos en tu propia vida, voy a pedirte que confÃes en las
ideas que estás leyendo. No porque me conozcas personalmente, sino porque miles y
miles de personas han transformado ya su vida como resultado de los principios que
se exponen en este libro.
Y hablando de confianza, esto me recuerda uno de mis chistes favoritos, Se trata
de un hombre que va caminando junto a un precipicio cuando, de repente, pierde el
equilibrio, resbala y cae. Por suerte, tiene el suficiente aplomo para agarrarse al
saliente. Y se queda allà colgado, aferrándose desesperadamente con la punta de los
dedos al saliente de la roca, mientras que su cuerpo cuelga en el vacÃo. Casi sin
fuerzas, al final grita.: “¿hay alguien ahà arriba que pueda ayudarme?”. De pronto se
percibe una voz poderosa como un trueno: “Soy Dios”, Yo puedo ayudarte. Tú
suéltate y confÃa”. A continuación se oye: “¿Hay alguien más ahà arriba que pueda
ayudarme?”.
La lección es sencilla; si quieres pasar a un nivel superior de vida tienes que estar dispuesto a desprenderte de algunos de tus antiguos modos de pensar y de ser, y a
adoptar otros nuevos. Los resultados, a la larga, hablarán por sà mismos.
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